De entre las uvas tintas, la Carménère es la más oscura y morada. Esta cepa tuvo una vida ingrata en el viejo continente, pero en Chile es una cepa emblemática, siendo actualmente el productor N°1 de vinos premium de esta cepa.
El Carménère es reconocido mundialmente como uno de los mejores vinos. Su historia en Chile es muy interesante, ya que hasta la década de 1990 se creyó que esta cepa era una variedad de Merlot. El Carménère tiene su origen en la región de Médoc en Burdeos, Francia.
Era considerado un hermano del Cabernet Sauvignon, aunque menos glamoroso. Por ello, solo se destinaba para ensamblajes, mezclado sobre todo con Petit Verdot y utilizado para reforzar el sabor o el color de otros vinos hechos con cepas más ligeras.
La extinción y el resurgimiento de esta cepa
En 1867 la plaga de la filoxera atacó los viñedos en Europa y el Carménère fue la cepa más afectada. Una vez superada la crisis, intentaron replantar la cepa, pero sin éxito. Además de la dificultad para encontrarla, el clima húmedo de la región hizo imposible su cultivo, por lo que al final se consideró extinta.
Un siglo después, se conoció que el Carménère había logrado sobrevivir, aunque en tierras muy lejanas. En 1991 el ampelógrafo francés Claude Vallat aseguró que lo que se conocía en Chile como un tipo de Merlot, en realidad no era Merlot, aunque no pudo identificar de cuál cepa se trataba. Por fortuna, dos años después Jean Michel Boursiquot concluyó que se trataba del Carménère.
La cepa que se creía extinta en Europa revivió en la zona Central de Chile gracias a que unos enólogos europeos la llevaron en los años 1850, precisamente antes de que la plaga acabara con ella. A partir de ese descubrimiento, el Carménère dejó de venderse como Merlot y Cabernet y comenzó su propio camino en Chile.
Carménère, la cepa emblema de Chile
Desde entonces el Carménère chileno se convirtió en la cepa emblema de Chile, por ser uno de los pocos lugares donde se cultiva. Por ello, los valles de Chile, especialmente el Valle de Colchagua, donde se encuentra el 50% de la producción nacional, son reconocidos mundialmente como el lugar donde resurgió el Carménère, de donde se obtiene un vino de intenso color, con buena acidez y un poco de dulzor.
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