Diferencia entre una cata y degustación de vinos

En el mundo del vino encontrarás dos términos que, aunque son distintos, se suelen confundir. Se trata de la cata y la degustación. Debes saber que ambos tienen como finalidad percibir aromas y sabores en las bebidas y alimentos. Sin embargo, una resulta más técnica que la otra y las opiniones que se emiten deben ser diferentes.

Una de las principales diferencias entre ambas experiencias es que la cata de vino es guiada por un experto llamado catador. En cambio, la degustación puede ser realizada por cualquier persona conocedora del vino que simplemente busque complacer los sentidos, sin buscar ni dar detalles técnicos sobre la bebida.

Cata de vinos vs. degustación de vinos

Para catar vinos es necesario utilizar casi todos los sentidos: la vista, el olfato y el gusto. Para degustar la bebida el único sentido involucrado totalmente es el gusto; si bien la vista y el olfato pueden entrar en juego, no se entra en detalles sobre las cualidades visibles o aromáticas del vino más allá de explicar si te gusta o no su sabor.

Cata de vinos

La cata de vino implica un análisis de las cualidades del producto para apreciar su calidad. El vino se somete a un ‘juicio’ a través de los sentidos para especificar su color, olores y sabores y después expresarlo de forma objetiva. Para hacer un correcto análisis del producto es necesario contar con un espacio libre de aromas parásitos, tener buena iluminación y un fondo blanco para apreciar bien la bebida, disponer de material para tomar notas y estar relajados.

Además de los sentidos, para catar también se necesita tener cierta sensibilidad a los estímulos, capacidad de concentración, buen estado de salud, memoria olfativa e incluso cierto conocimiento sobre varios vinos, el proceso de elaboración de estos o de la viticultura en general. Según apuntan los sommeliers, que son los especialistas en vino, para catar se necesita práctica y entrenamiento.

Degustación de vinos

La degustación puede considerarse como una cata de vino menos técnica. En este caso podrás evaluar las características de color, olor y sabor, si así lo quieres, pero bajo un parámetro más subjetivo. Podrás decir qué te gusta y qué no sin ningún problema y dedicarte simplemente a experimentar el delicioso sabor del vino en boca.

La ventaja de la degustación es que es una experiencia mucho más flexible y abierta que la cata. Es más, para compartir y disfrutar de un buen ambiente entre amantes del vino. En Viña Santa Cruz, por ejemplo, los visitantes pueden disfrutar de esta experiencia en varios de sus tours, y lo mejor de todo es que incluso, aunque no sea una experiencia demasiado técnica, siempre es posible aprender sobre el vino y su elaboración.