Hace unos 10.000 años por el campo de Lolol transitaban gonfoterios (elefantes americanos), tigres dientes de sable y gliptodontes (armadillos gigantes). Estos extintos animales eran cazados por grupos humanos nómadas que en ciertas temporadas pasaban por esta zona rica en vegetales, consumiendo entre ellos el fruto del espino llamado quirinca, árbol que está presente entre la región de Atacama y del Bio-Bio en nuestro país. Este fruto era machacado con palos sobre piedras, las cuales al desgastarse creaban tacitas u hoyos que servían como una especie de mortero. La mayor concentración de estas piedras, que cuentan la historia alimentaria de nuestros antepasados, se encuentra en Punta la Piedra, a 4,5 km de Viña Santa Cruz, en la comuna de Lolol. Al llegar los mapuches denominaron esta zona como Lo Lo, ‘lugar de muchos hoyos’. Con la llegada de los españoles, así como muchas localidades con nombre mapuche, fue adaptada al español, quedando finalmente como Lolol. Hoy como equipo, inspirados por nuestro entorno y por las creaciones del chef lololino Marcos Baeza, damos un gran paso en nuestra cocina, llevando a la mesa una comida honesta, acompañada con excelentes vinos que enaltecen los productos de origen local. Así nace Loló, la renovada propuesta gastronómica de Viña Santa Cruz.